Fuente:http://aula.virtual.ucv.cl/wordpress/nuevas_tec_rol_docente/
Las modalidades de formación apoyadas en las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) llevan a nuevas concepciones del proceso de enseñanza-aprendizaje que acentúan la implicación activa del alumno en el proceso de aprendizaje; la atención a las destrezas emocionales e intelectuales a distintos niveles; la preparación de los jóvenes para asumir responsabilidades en un mundo en rápido y constante cambio, y la flexibilidad de los alumnos para entrar en un mundo laboral que, efectivamente, les demandará formación a lo largo de toda la vida.
Los retos para la organización que lidere el proceso de enseñanza-aprendizaje, dependerán en gran medida del escenario en el cual éste se desarrolle (el hogar, el puesto de trabajo o el centro de recursos de aprendizaje), es decir el marco espacio-temporal en el que el usuario realice sus actividades de aprendizaje. El apoyo y la orientación que recibirá en cada situación y la disponibilidad tecnológica, son elementos cruciales en la explotación de las TIC para actividades de formación en estos nuevos escenarios. Entre el aula convencional y las posibilidades de acceso a materiales de aprendizaje, desde cualquier punto a través de telecomunicaciones, existe todo un abanico de posibilidades de acceso a recursos de aprendizaje y de establecer comunicación educativa, las cuales deben ser consideradas.
El énfasis se traslada desde la enseñanza al aprendizaje y esto supone nuevos alumnos-usuarios que se caractericen por una nueva relación con el saber, nuevas prácticas de aprendizaje y facilidad de adaptación a situaciones educativas en permanente cambio.
Las implicaciones desde esta perspectiva sobre el rol del alumno implican tener: acceso a un amplio rango de recursos de aprendizaje; control activo de los recursos de aprendizaje; participación de los alumnos en experiencias de aprendizaje individualizadas basadas en sus destrezas, conocimientos, intereses y objetivos; acceso a grupos de aprendizaje colaborativo que permitan al alumno trabajar con otros para alcanzar objetivos en común y participar de experiencias en tareas de resolución de problemas que son relevantes para los puestos de trabajo contemporáneos y futuros.
El profesor tiene un papel fundamental en el proceso de innovación, pues podría decirse que es imposible que las instituciones de educación superior, convencionales, puedan iniciar procesos de cambio sin contar con el apoyo del profesorado, así como tampoco parece que puedan tener éxito aquellas experiencias promovidas por docentes sin el apoyo de la institución. En este sentido, se plantea que es verdaderamente necesaria la concurrencia e iniciativa institucional. Este tipo de proyectos deben ser asumidos por toda la organización y por los equipos gestores, atendiendo, entre otras cosas, a los peligros que el ignorar este tipo de iniciativas tiene para las universidades.
El profesor debe responsabilizarse del proceso global de enseñanza-aprendizaje, ya se desarrolle éste en ambientes convencionales u otros más flexibles. Además de la responsabilidad del contenido, el profesor ha de participar en el proceso de diseño y elaboración de los materiales de aprendizaje, en los procesos de distribución de los mismos y en las instancias de intercambio de información, opiniones y experiencias, así como en la actualización y mejora de los materiales.
El cambio de función en la institución educativa, propiciado por las potencialidades de las TIC, ofrece implicaciones sociológicas, metodológicas, entre otras. Además, lleva consigo cambios en los profesionales de la enseñanza y, entre éstos, el cambio del rol del profesor es uno de los más importantes. También el alumno, o mejor el usuario de la formación superior, comienza a ser distinto. Como persona y como alumno llega con referentes de la sociedad de la información, de la era digital, y ello obliga al profesor a adaptar su discurso y sus estrategias. Al igual que el alumno, el rol del docente también cambia en un ambiente rico en TIC. La universidad y el profesor dejan de ser fuentes de todo conocimiento, pasando el docente a actuar como guía de alumnos,facilitándoles el uso de recursos y herramientas que necesitan para explorar y elaborar nuevos conocimientos y destrezas. En otras palabras, parece conveniente que los profesores sean capaces de:
- Guiar a los alumnos en el uso de las bases de información y conocimiento, así como también proporcionar acceso a los mismos para usar sus propios recursos.
- Potenciar que los alumnos se vuelvan activos en el proceso de aprendizaje autodirigido, en el marco de acciones de aprendizaje abierto, explotando las posibilidades comunicativas de las redes como sistemas de aceso a recursos de aprendizaje.
- Asesorar y gestionar el ambiente de aprendizaje en el que los alumnos están utilizando estos recursos. Tienen que ser capaces de guiar a los alumnos en el desarrollo de experiencias colaborativas, monitorizar el progreso del estudiante, proporcionar feedback de apoyo al trabajo del alumno y ofrecer oportunidades reales para la difusión de su trabajo.
- Acceso fluido al trabajo del estudiante en consistencia con la filosofía de las estrategias de aprendizaje empleadas y con el nuevo alumno-usuario de la formación descrito.
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